bloque 1

Sesión nº.1

Sesión nº.2

Sesión nº.3

Sesión nº.4

Sesión nº.5 y 6

Sesión nº.7

RECURSOS

PROGRAMACIÓN DE AULA

SESIÓN Nº 1 – Educación de las Emociones. Inteligencia Emocional.

1. ¿QUÉ SON LAS EMOCIONES?

Las emociones son respuestas automáticas que nuestro cerebro da ante cambios o situaciones (estímulos) que ocurren a nuestro alrededor o en nosotros/as mismos/as y que son importantes para nuestra supervivencia y bienestar. Es decir, estas situaciones pueden darse entre las demás personas, de las demás personas hacia nosotros/as, o de nosotros/as con nosotros/as mismos/as.

Las emociones pueden aparecen ante situaciones INTERNAS (imágenes mentales, pensamientos, sensaciones corporales, otra emoción…) o EXTERNAS (lugares, personas, situaciones…)

Estas emociones son información sobre cómo debemos actuar ante lo que ocurre para darnos lo que nuestro cuerpo considera que necesitamos.

La información que nos dan las emociones, las analizaremos y experimentaremos de manera distinta, en función de cómo las percibimos, de qué actitud tomamos ante ellas, de nuestras creencias… Dependiendo de cómo las experimentemos, reaccionaremos de una forma u otra ante situaciones similares. La respuesta emocional son estímulos rápidos e impulsivos que valoran lo que está ocurriendo y nos informan de qué significado tiene para nosotros/as eso que estamos viviendo.

Cuando las emociones responden a situaciones internas, pueden referirse a situaciones pasadas, presentes o futuras.

Por lo general, las emociones aparecen de tres formas simultáneas:

Sensaciones corporales

Cuando una emoción aparece, notamos cambios en distintas partes del cuerpo. Como la tripa, el pecho, la cara… Generalmente, aparecen en forma de hormigueos, tensión o debilidad muscular, sensación de “nudo”, calor en el pecho, cambios en nuestro ritmo cardiaco. Incluso pueden provocar cambios visibles en el color de nuestra piel, en los niveles de sudoración, o en nuestra respiración.

Pensamientos

También, una emoción genera cambios en nuestros pensamientos, modificando su contenido, su frecuencia, su intensidad…

Impulsos o pautas de acción

Una emoción nos genera la energía para realizar una acción. Por ejemplo, el miedo nos generar ganas de huir o de refugiarnos, la ternura ganas de acercarse, el enfado la necesidad de poner un límite, etc.

¿Cuál es la función de las emociones básicas?

Las emociones son una herramienta esencial para nuestra supervivencia como especie, ya que nos impulsan a actuar correctamente y a adaptarnos al entorno. Por lo que la función principal de las emociones es la de asegurar nuestra supervivencia. Pero, ¿cómo funciona el cerebro para sobrevivir?

CICLO DE LA EMOCIÓN:

1. Primero recoge la información percibida por los sentidos, y la analiza y compara de forma rápida con el conocimiento (biográfico y biológico) que tenemos almacenado para sobrevivir. De esta forma puede indicarnos rápidamente si lo que está ocurriendo es agradable, desagradable, seguro o peligroso.

2. Después, da una respuesta rápida y automática, a la que llamamos emoción. Y que se manifiesta en forma de sensaciones corporales, pensamientos e impulsos de acción.

3. Entonces, la emoción generada nos da la energía necesaria para realizar la acción que facilita nuestra supervivencia. Por ejemplo, alejarnos de un peligro, acercarnos a la fuente de alimento, etc.

4. Una vez cumple su misión, la emoción desaparece.

Aprender a identificar nuestras emociones nos ayuda a:

Tener información importante sobre qué necesitamos ante situaciones diferentes que ocurren en nuestras vidas.
Conocernos mejor: cuanto mejor conozca las respuestas de mi cuerpo relacionadas con las emociones, mejor sabré qué emoción es la que estoy sintiendo y qué me está diciendo.
Saber lo que necesitamos: unas veces reaccionaremos con una emoción y otras con otra, pero lo bueno de conocerlas es que sabremos identificar el significado de esas emociones, lo que nos quieren decir y la necesidad que hay detrás.
Gestionarlas y darme lo que necesito: una vez sepamos la emoción que es y lo que nos quiere decir, ya solo necesitaremos hacer, decir o pensar lo que nos pide, para manejar esa emoción y conseguir aquello que nos está solicitando.
Las emociones nos protegen de las amenazas y nos ayudan a superar experiencias dolorosas. También nos generan bienestar al impulsarnos a repetir lo placentero y al ayudarnos a construir relaciones sanas. Y nos ayudan a crecer, a revisar nuestros errores y a avanzar hacia lo novedoso.
Todas las emociones básicas son útiles para nuestra supervivencia como especie. Así, nos impulsan a actuar de mejor manera para adaptarnos a nuestro entorno que cambia constantemente.
El conocimiento y la gestión de nuestras emociones aumentarán nuestra autoestima.

Para gestionar las emociones, es importante RECONOCERLAS, NOMBRARLAS Y ACEPTARLAS, porque las EMOCIONES:

Son parte de nuestra vida, siempre van a estar presentes. A lo largo de nuestro día a día podemos sentir diferentes tipos de emociones. Por lo tanto, es importante aceptarlas como parte de nuestra vida.

No son permanentes, cambian continuamente. Entran y salen constantemente de nosotros/as. Su función no es “quedarse” con nosotros/as, sino darnos una información. Somos nosotras y nosotros quienes, a veces, nos aferramos a una emoción. Cuando aprendemos a gestionar las emociones, dejamos de aferrarnos a ellas y las dejamos ir.

No hay emociones positivas o negativas. Son EMOCIONES, que nos pueden hacer sentir sensaciones más agradables o desagradables. Nos enseñaron que hay emociones positivas y negativas, identificando además que las positivas son aceptadas socialmente y las negativas no lo son, y aprendimos a taparlas reprimiéndolas o controlándolas, pero es el peor error que podemos cometer para alcanzar un estado de equilibrio emocional y mental. Ya que no podemos aceptar lo que rechazamos.

Todas las emociones son necesarias y cumplen una función adaptativa. Es decir, nos ayudan a gestionar nuestras vidas de manera eficaz. La clave está en aprender a identificarlas y gestionarlas para ponerlas a nuestra disposición y no al revés.

2. TIPOS DE EMOCIONES

Las emociones se presentan de 4 formas: emoción primaria o básica saludable/no saludable, emoción secundaria y emoción instrumental.

EMOCIONES PRIMARIAS o BÁSICAS:

Son las emociones BÁSICAS, las que sentimos en el fondo y las que definen verdaderamente lo que sentimos. Cuando siento que estoy triste y que no hay ninguna otra emoción detrás, entonces hablamos de primarias, pero, a veces, puede que haya algo escondido detrás que puede que a primera vista no fuéramos muy conscientes de ello. Y aquí es donde entran las emociones secundarias.

Dentro de las emociones primarias, podemos diferenciar entre:

Emociones Básicas Saludables o Adaptativas:

Son respuestas que genera el cuerpo ante situaciones que están ocurriendo en ese momento y que piden cubrir una necesidad y por tanto hay que escucharlas e intentar en la medida de lo posible satisfacerlas. Son importantes para nuestra supervivencia y bienestar. Estas emociones son reacciones a lo que ocurre en el presente, y llegan y se van rápido. Son las que debemos reconocer y usar como guía para trabajar la inteligencia emocional. A veces, pueden estar camufladas por emociones secundarias o emociones instrumentales.

Emociones Básicas No Saludables o Desadaptativas:

Son respuesta a malestares crónicos que tenemos durante años (normalmente largos períodos de tiempo), que de alguna forma no se gestionaron bien en el pasado y se han quedado ocultos en nuestro interior. De vez en cuando, sin saber muy bien por qué, surgen sin que seamos casi conscientes de ello. Por eso estas emociones no son saludables, ya que son respuestas a acontecimientos vividos en el pasado, en lugar de respuestas a lo que ocurre en este momento (como las anteriores adaptativas). Este tipo de emociones necesitan ser gestionadas de forma diferente, ya que en este caso lo principal es aceptarlas, comprenderlas y cambiarlas. Por lo general, se basan en aprendizajes previos.

La vergüenza de sentir que uno no es amado, valioso o bueno.
La tristeza de sentirse solo o con carencias.
La ansiedad de sentirse inadecuado o inseguro.
La rabia de sentirse tratado injustamente o desobedecido.

Por lo general, permanecen cuando ya no existe la situación que la ha causado. No sugieren una clara sensación de dirección, por lo que causan dudas e inseguridad. Estas emociones deterioran las relaciones íntimas y destruyen los vínculos emocionales en lugar de protegerlos. La ayuda psicológica puede ayudarnos a curar las heridas del pasado.

EMOCIONES SECUNDARIAS:

Emoción defensiva que intenta ocultar nuestra emoción primaria. Generalmente surgen cuando intentamos juzgar y controlar nuestras respuestas emocionales saludables. Es decir, se trata de emociones acerca de otras emociones. Por ejemplo, puede que te asuste tu enfado, que te avergüences de tu miedo y que te enfades por tu debilidad.

EMOCIONES INSTRUMENTALES:

Son emociones que se utilizan con el propósito de conseguir una meta. Así, pueden expresarse tanto consciente como automáticamente (inconscientemente). Por ejemplo, quizás has aprendido que cuando lloras las personas son más amables contigo. O que cuando te enfadas es más probable que la gente se intimide. Con el tiempo, los comportamientos instrumentales hacen que las demás personas se alejen por sentirse manipulados/as.

EMOCIONES BÁSICAS:

Existen diferentes autores y teorías que definen cuáles son las emociones básicas, aunque todas parten de contar con las 6 emociones básicas definidas por Paul Ekman, que fue un psicólogo que pasó gran parte de su vida estudiando las emociones básicas y las expresiones que estas emociones generaban en nuestras caras. Concluyó que existen 6 emociones básicas que corresponden con expresiones biológicas universales de la especie humana: ira, tristeza, miedo, sorpresa, asco y alegría. Otros/as autores suman algunas emociones a estas básicas.

Una forma de visualizar las emociones básicas o primarias y las secundarias podemos hacerlo a través de los siguientes ejemplos:

3. LA INTELIGENCIA EMOCIONAL: autoestima y habilidades sociales

La mayor parte de las decisiones que vamos tomando diariamente, vienen condicionadas en gran medida por nuestras emociones. Desde elecciones de compra, hasta elecciones personales de amistades, parejas, etc.

Las emociones NO siempre se ajustan de manera adecuada al contexto en el que surgen y pueden aparecer entonces problemas en la gestión de emociones.

La Inteligencia Emocional nos ayuda a gestionar nuestras emociones

La inteligencia emocional es la capacidad de acceder a los eventos internos (emociones, sensaciones corporales, pensamientos e impulsos de acción), reflexionar sobre ellos, y utilizarlos o transformarlos para aumentar el éxito y bienestar en los distintos ámbitos de nuestra vida. Entre ellos, identificar, interpretar y relacionarnos de forma saludable con los estados emocionales propios y los de las demás personas.

Para potenciar esta capacidad, necesitamos información y aprender a usarla a nuestro favor en el día a día. Es decir, saber cómo funciona nuestro sistema emocional. Cómo identificar y dar sentido a las emociones. También podemos aprender a usar los recursos personales para actuar en dirección a nuestras metas. Y transformar los estados emocionales si no son saludables.

NOS AYUDA A:

De esta manera, la inteligencia emocional nos ayuda a acceder, interpretar y nombrar estas señales internas, reflexionar sobre ellas y utilizarlas o transformarlas de forma adaptada a las circunstancias. Cuando conseguimos realizar este proceso con el mayor éxito posible, nuestro bienestar aumenta:

Descubrimos el significado que tienen para nosotros/as las cosas que nos pasan.
Aprendemos a gestionar adecuadamente nuestros estados de ánimo.
Somos capaces de tomar decisiones con las que nos sentimos mejor.
Abandonamos los intentos de reprimir las emociones desagradables o de reaccionar de manera impulsiva.

Claves para desarrollar la Inteligencia emocional – Los componentes de la Inteligencia Emocional (Daniel Goleman) 

Se puede dividir en:

1. Inteligencia emocional Intrapersonal: el poder entender y manejar las propias emociones. Se divide en autoconciencia emocional + autorregulación + automotivación.

2. Inteligencia emocional Interpersonales: el poder entender y responder adecuadamente a las emociones de las demás personas. Se divide en empatía + habilidades sociales

Autoconciencia o Autoconocimiento Emocional

Aprender a identificar y comprender nuestros estados de ánimo; y a saber cómo nos influyen en nuestras conductas. Por ejemplo, si sabemos que desde la serenidad podemos tomar decisiones más racionales, necesitamos evitar tomar decisiones cuando estamos alterados/as. Igualmente, si tenemos la sensación de que, al estar triste, nuestro rendimiento decae, podemos darnos el permiso de descansar y recuperarnos antes de pasar a la acción.

Automotivación 

Nuestras emociones pueden orientar a nuestras acciones hacia una meta u objetivo. Con una adecuada automotivación, nos centramos en buscar soluciones o metas, en lugar de problemas. Para ello es necesario un cierto grado de optimismo, proactividad y tenacidad. Por ejemplo, si tenemos un objetivo que nos da miedo conseguir, podemos focalizar la atención en sus beneficios y maneras de conseguirlo, en lugar de en todos los problemas que puedan surgir y que bloquean nuestro comportamiento.

Autorregulación o Autocontrol Emocional

Aprender a gestionar nuestras emociones para adaptarnos mejor al entorno, y no dejarnos llevar por ellas cuando nos pueden generar un daño a nosotros/as o a las demás personas. Es importante saber que los estados emocionales son transitorios. Y que podemos conscientemente relacionarnos con el entorno de una manera más adaptativa. Y luego buscar un contexto más adecuado para gestionar ese estado emocional. Así que la autorregulación evita que las emociones nos secuestren en un momento determinado. No se trata de reprimirlas. si no de contener el impacto que tienen en el entorno y en nosotros/as mismos/as, para luego tomarse un tiempo de reflexión sobre lo sucedido. Y finalmente tomar las acciones más favorables dada la situación. Por ejemplo, en una discusión con un amigo, no comenzar a reprochar airadamente, si no tranquilizarse, y luego hablar con calma sobre los motivos verdaderos del conflicto, para luego buscar un acuerdo de resolución. 

Empatía

Aprender a desarrollar la capacidad de entender los estados emocionales de las demás personas. Y es que nuestro bienestar personal viene directamente relacionado con la calidad de nuestras relaciones personales. Si conseguimos descifrar los estados emocionales de las demás personas, sean por aspectos verbales o más sutiles como corporales…, podremos estrechar el vínculo y mejorar el contacto interpersonal. Además, el poner el foco en el estado de ánimo de la otra persona, nos ayuda a tener objetividad sobre los nuestros.  

Habilidades sociales

Además de comprender cómo se sienten las demás personas, podemos practicar en dar la respuesta más adecuada a las demandas sociales del entorno, es decir, a desarrollar nuestras habilidades sociales: aprender a ser amables con las demás personas, comunicarnos con ellos/as con honestidad y espontaneidad, escucharles, darles nuestro apoyo sin juicio, etc. 

Relaciones interpersonales

Los seres humanos somos por naturaleza seres sociales. Estamos inmersos en una sociedad en la que aprendemos desde nuestra infancia a relacionarnos con las demás personas. Dependemos de esta interacción con otras personas ya que no podemos desarrollarnos sin la ayuda de otras personas desde el nacimiento. Nos relacionamos de una manera estructurada para conseguir satisfacer nuestras necesidades a través de la socialización.

Este proceso nos permite más adelante desarrollarnos como individuos y llegar a la autonomía personal ya que a través de las relaciones con las demás personas también aprendemos de nosotros/as mismos/as. Este aspecto tan relevante nos permite conocer nuestras virtudes y nuestros defectos, lo cual influye en la construcción de la percepción que tenemos de nosotros/as mismos/as como persona y más adelante en nuestra autoestima.

Autoestima

La autoestima es la percepción y valoración que tenemos sobre nosotros/as mismos/as. Una autoestima demasiado baja hace que no nos veamos capaces de afrontar las dificultades o retos de la vida, mientras que una autoestima demasiado alta puede hacer que tengamos un concepto errado de nosotros/as mismos/as, sobrevalorando algunas de nuestras características.

De manera general, dos cosas influyen en nuestra autoestima:

La opinión que tienen las demás personas de nosotros/as.
La opinión que tenemos de nosotros/as mismos/as, basada en la experiencia y en cómo nos miramos a nosotros/as mismos/as.

Por extensión, la opinión que tienen las demás personas, a modo de espejo, influyen en cómo me valoro a mí mismo/a. Más allá de la necesidad, también tenemos una predisposición para buscar comunicación y contacto con otros seres humanos, de ahí la importancia de la comunicación para que nos podamos entender con ellos y ellas.